GRAN
CORAZÓN
Llegué a su mirada, en un día, de cierto
mes,
desdibujando su rutina,
sonriéndole desde mi silencio
entre atardeceres de nubes doradas.
Resultamos ser seres que se
entrelazaron desde lejos,
primero por el querer,
luego porque pensé que sus manos
eran calientes al tacto y quitarían mi frío
y después porque a mi ternura abandonada
por tantos años, acariciaría.
Decidimos entrar al fuego, a cocernos
en agua y sal para el respiro,
y nos quedamos quietos, desde
nuestros sueños,
viendo caer la lluvia, cobijados los
corazones y nuestros anhelos,
atizando los ardores en nomeolvides,
casi muertos.
Aún no me sé su nombre, lo escribo incompleto;
pues no sé si lleva acentos y le
pongo besos en los puntos,
desde la amplitud en que la propia naturaleza
que prevalece en la cercanía
de los labios, en la desnudez de
nuestras almas, se va haciendo más visible…
Una calma baja del cielo y sobre su
pecho desnudo, recuesto mi cabeza,
para escuchar el latir de su gran
corazón
entonces una melodía, estira su
lengua para cantarnos al oído
formando el “uno más uno, igual a
dos”… nos regala los “te amo”…
.
María
Andrade
1 de Mayo del 2016
Derechos
reservados 2016
Toda obra de María Andrade © ® 2016
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conserva
sus Derechos Reservados.
Desde la primera vez que leí tu poesía me quedo claro que hablas con el corazón y me gustaron. Felicidades y no dejes de escribir.
ResponderEliminarMuchas gracias, Cuasi ! Te agradezco las palabras...
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